El blanco y negro en la fotografía de Manhattan

LA INSOPORTABLE LEVEDAD DE WOODY ALLEN / Entrega 2

Reseñas, artículo y crónicas en torno a la obra de Woody Allen, el jazz y la vida en pareja...

Hay cosas por las que vale la pena vivir: el teatro, el jazz y las películas de Woody Allen.

Manhattan-Payín-DF presenta: Notas, crónicas y reseñas en torno a la obra de Woody Allen

Música sugerida para esta lectura, por supuesto La Rapsodia Azul de George Gershwin.

¡Nos faltará un gran fotógrafo de cine por toda la eternidad! En paz descanse Gordon Willis, fotógrafo de varias películas de Allen; entre ellas Manhattan. Fotografío también El Padrino.

¿Qué recuerdo conserva del rodaje de Manhattan? ¿Un gran caos o una organización meticulosa? -Yo nunca trabajo en el caos, eso es indiscutible. En mi opinión la mayoría de la gente que grita y golpea las paredes confunde la agitación con el trabajo. El rodaje de Manhattan fue formidable. No puede decirse que no surgieron problemas, pero Woody los resolvía siempre rápidamente y sin armar alboroto.

¿Qué anécdotas recuerda? -El célebre plano del puente, en que Diane y Woody están sentados, hablando, mientras sale el sol. El puente cuenta con dos hileras de bombillas, cuyo encendido y apagado se producen de manera programada y automática. Al alba las luces del puente se apagan. Como lo sabíamos, nos habíamos puesto de acuerdo con el ayuntamiento para que dejaran las luces encendidas hasta que hubiéramos hecho el plano. Cuando salió el sol, apagaron una de las hileras de luces……!Es un plano magnífico, pero le va a faltar una fila de bombillas para toda la eternidad!

¿Era consciente de que Manhattan iba a pasar a la historia? -Tanto a Woody como a mí nos gustaba mucho el blanco y negro. Da un ambiente muy propio de Nueva York. Queríamos traducir una realidad romántica, mostrar la ciudad que tanto amábamos. He hecho otros Films buenos, pero creo que Manhattan será siempre mi preferido.

Fragmentos extraídos de la Entrevista de Tim Rhys a Gordon Willis para la revista Moviemaker, No. 54, primavera del 2004.

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